miércoles, 27 de octubre de 2010

Sabor a mi - Epílogo

Evidente es que la vida nunca es sencilla, y ellos lo habían aprendido desde muy jóvenes, por eso luchaban día a día por su amor y por sobrevivir a las penas.

Pablo conoció el dolor de estar en un hospital y así provocar el sufrimiento y la preocupación de su amada esposa. Y ella por su parte lamentó la pérdida de un hijo del que ni siquiera pudo celebrar  su existencia.

Después de ese doloroso episodio recibieron con alegría el nacimiento de su primogénito y futuro heredero de la fortuna Duart. Santiago Duart Lascurain que era idéntico a su padre, con la única diferencia que heredó los ojos de su madre. Lo que lo hace un hombre increíblemente atractivo, aunque serio y responsable, pero sobre todo un amante empedernido de la equitación y de música, como lo era su padre.

A Helena le habían dicho que después de Santiago no iba a poder tener más hijos, por eso la llegada de los mellizos: Sebastián y Sofía, 3 años después, la sorprendió demasiado pero la llenó de una alegría inmensa. Pablo no puede ser más feliz al ver que todos sus hijos heredaron esos ojos que ponían su mundo de cabeza.

Sofía es físicamente idéntica a su madre, se convierte en la adoración de Pablo y de sus hermanos que solo piensan en cuidarla. Por el contrario Sebastián es más parecido a sus abuelos Miguel y Álvaro, pero con toda la personalidad de Helena.

Unos meses después del nacimiento de los mellizos, a Helena le ofrecen un puesto de UN en España y es apoyada por Pablo para irse, lo que lo lleva a fundar una extensión de su empresa en la tierra natal de sus padres. En 7 años logra establecer una empresa sólida a nivel mundial y cuando termina el período de trabajo de Helena, regresan a México pues también ha llegado el momento para que Miguel se retire y le deje su lugar a su hijo.

Cuando crecen Santiago y Sofía, que heredaron el talento de Pablo para los negocios, toman su lugar en la empresa en México y en España, respectivamente. Sebastián que es muy diferente de sus hermanos, pues heredó el espíritu altruista de su difunta abuela Carolina, se convierte en médico para hacer su carrera en Médicos Sin Fronteras.

Renata y Alfredo, son felices con Matías, pero deciden adoptar una niña para darle todo el amor que alguna vez le brindaron a Alfredo. Maia se convierte en una verdadera princesa para Renata que no se cansa en mimos. Y su hermano la quiere y la cuida más que como lo hubiera hecho con una verdadera hermana. Lo que le causa algo de conflicto cuando descubre que su pequeña hermana está enamorada de su propio primo Sebastián y él le corresponde.

Guillo y Verónica se casan después de unos años, al saber que están esperando a su primera y única hija Ofelia, que hereda esa belleza exótica de su madre y la calidad humana de su padre. Su gran amistad con Santiago, hace pensar a sus padres que la historia de Pablo y Helena podría repetirse; pero al tiempo a veces le gusta contar historias un poco diferentes y su futuro aún no estaba escrito.

Oliver se casa con su novia Claire y juntos tienen una niña, Nathalie, quien es la versión femenina de su padre y que en un futuro luchará con Ofelia, por el amor de Santiago Duart, algo que le trae recuerdos un poco amargos a su padre.

Esta fue la historia de una pareja cuya dolorosa despedida dio pie a una historia de amor, ese amor que se vio plasmado en el sueño de una hermosa adolescente, que inició desde que eran niños y creció con el paso del tiempo, en el que ni la distancia ni la separación y ni siquiera la agonía de saberse de otros, importaron.

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