jueves, 16 de septiembre de 2010

Sabor a mi - Capítulo 27


Helena y Pablo estuvieron juntos toda la noche, su última noche. Esa casa nunca más volvería a ser testigo de un amor tan grande como el que ellos se profesaban.

- Te amo mi Helena.
- No importa cuánto tiempo pase, siempre seré tuya.
- Solo mía…
- Nuestras almas se han amado desde hace tanto tiempo…
- Que he guardado tu sabor y tú llevas también…
- Sabor a mí – dijeron al unísono. Las manos de Helena grababan en su mente cada centímetro de él. Y Pablo respondía de la misma forma, mientras su mente y su cuerpo volvían a ser uno mismo.

Las horas avanzaban rápidamente para los dos, cuando Helena abrió los ojos ya estaba amaneciendo. Se levantó y abrió una de las cortinas para poder ver su último amanecer en la casa en donde había crecido.
- Nuestro último amanecer juntos – le dijo Pablo al oído cuando la tomó por la cintura
- El último… quisiera que nunca hubiera llegado este día.
- ¿Que el tiempo se hubiera detenido anoche?
- Si
- Reloj detén tu camino
Porque mi vida se apaga
Ella es la estrella
Que alumbra mi ser
Yo sin su amor no soy nada- fue la dolorosa melodía que salió de sus labios.
- Será mejor que nos vayamos ya.
- No, Helena por favor. Quédate a mi lado un poco más. Déjame sentir el calor de tu cuerpo un poco más, déjame sentirte mía una vez más.
- Una vez más. – Helena no podía negarse porque ella lo deseaba con la misma intensidad que él.

Disfrutaron hasta el último segundo, no querían perderse, pero había llegado la hora de volver a la realidad. Regresaron a la casa de Pablo justo antes de que llegaran sus padres. Tuvieron su último almuerzo juntos y una última charla, pero no pudieron alargar más el tiempo y llegó el momento de partir para nunca más volver.

A las 2 de la tarde partieron con rumbo al aeropuerto. Renata iba en el auto de sus padres y Helena iba en el auto de Pablo. En todo el camino no se pronunció ni una palabra. Llegaron con el tiempo justo para que se documentara su equipaje.
- Bien ya está. – dijo Helena cuando terminó de hablar con el encargado.
- Hija, cuídate mucho y dale a tu padre mis saludos.
- Claro padrino, yo lo haré.
- Adiós, princesa recuerda que siempre podrás contar con nosotros.
- Gracias, madrina, cuídate mucho por favor.
- Hel recuerda que siempre vas a poder contar conmigo. Siempre serás mi cuñis, mi amiga y mi hermana favorita.
- Renata, que cosas dices, pero la verdad es que tú siempre serás mi favorita también.
- Gracias – dijo abrazando a su amiga. Cuando todos se despidieron, llegó el turno de Pablo.
- Ad… - Helena no pudo terminar la frase
- No importa lo que me hayas pedido y aunque mi futuro no sea a tu lado. Siempre serás Mi Helena. Te amé desde que fuimos niños, te amo ahora, y te voy a amar siempre. – los ojos de los dos se llenaron de lágrimas.
- Mi alma se queda contigo. No olvides que seré feliz cuando cumplas tu promesa. – después de esto se besaron y se abrazaron tan fuerte que estuvieron a punto de quedarse sin aire. Llenos de lágrimas, se volvieron a besar.
En el aeropuerto se anunció la última llamada para el vuelo que tomaría Helena.
- Lo haré, te lo prometo – dijo con todo el pesar de su alma y de su corazón. Mientras soltaba a Helena y la tomaba de las manos
- Adiós, Pablo. Siempre te voy a amar, Siempre. – esa fue la última frase que escuchó del ser que más amaba en la vida.
- MI Hel…ena – su mirada se dirigió a ese ser que amaba tanto y que ahora se iría lejos de él.

Ella se dirigió al andén que llevaba a la sala donde abordaría el avión.

HELENA POV
- Cuando volví la mirada hacia Pablo no solo vi su cara llena de lágrimas, si no su corazón rompiéndose en mil pedazos. En ese momento sentí un hoyo en el pecho, mi corazón había desaparecido también y ahora solo sentía un gran vació. Caminé muy despacio alejándome de todos lo que amaba y del ser que era mi vida entera. No supe ni cómo llegué al avión. Tampoco sentí cuando despegamos, no me importaron cuantas horas serían de vuelo, ni cómo estaría el clima en Madrid. El dolor invadía cada parte de mi ser y lloré hasta quedarme sin lágrimas.

PABLO POV
- Verla partir me partió el corazón. Ver su cara de dolor cuando me miró y adivinó mis sentimientos, me hizo sentir el ser más miserable del planeta. La amaba tanto que me dolía y saber que yo era él motivo de su pena me dolía aún más. Le había prometido ser feliz en nombre del amor que nos teníamos, pero en este punto no podía asegurar nada. Deseaba tanto que volviera y que nunca más se fuera de mi lado. No sé ni cómo llegue a mi auto, ni de por qué la que iba conduciendo era mi hermana. El dolor invadía mis sentidos y todo mi ser.
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POV se refiere a la historia vista desde el punto de vista del personaje que se escribe al lado. En este caso Helena o Pablo.
Recomendación: Reloj - Luis Miguel

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